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Si te estás preguntando ¿Qué es? ¿Qué son las Flores de Bach? ¿Para qué sirven las Flores de Bach?
Llegaste al lugar indicado. Las flores, son una terapia tan sutil que no tiene propiedades químicas. Los componentes de las tinturas madres de las flores, son solos dos. Una base de Brandy y el agua donde reposaron las flores extraídas de la naturaleza. Para hacer las flores madres (esencias) se realizan dos métodos. El método solar y de ebullición.
Por lo tanto, no tiene una explicación química. No es un componente artificial que trabaje en el cerebro o en los órganos. Es sólo agua que tiene la vibración, la esencia, de la flor y la planta.
Por esta razón es efectiva tanto en adultos, niños, niñas y animales. También puedes darle a tus mascotas.
Es importante saber, que no es necesario poner más gotas en los frascos. El creador de esta terapia, era un médico homeópata que proponía que desde pequeños componentes de una propiedad pueden generar un cambio en el organismo, así como funcionan las vacunas.
Por todo lo mencionado anteriormente, esta terapia es espiritual y no química. Pero por esta razón también, sería un error pensar que no puede cambiar síntomas físicos. Orozco propone el Patrón Transpersonal, el cual más adelante explico en detalle. Lo interesante de esto, es que los expositores más relevantes de las flores de bach son hombres de ciencia, médicos y botánicos. Te invito a leer estos elementos metafísicos de las propiedades y el efecto de las flores de bach en los seres humanos.
Sólo debes poner atención que al tener Brandy(alcohol) se deben usar pocas gotas diluidas en agua o jugo, pero no directamente al organismo en grandes cantidades. Muchos terapeutas usan glicerina para darle un sabor más dulce.
Preparar flores d bach para perros, gatos y sus dueños. Puede ser beneficiosos cuando hay problemas de conducta en nuestros peludos. También se pueden trabajar ciertas dificultades al manejar el apego, como la ansiedad y la disciplina, o mejorar la relación entre la mascota y el dueño.
Normalmente las personas acuden a las flores de bach cuando:
-tienen perros que ladran mucho.
-tienen perros miedosos.
-tienen perros o gatos enfermos.
-tienen perros ansiosos.
El diagnóstico debe ser en función a observar los momentos de complicación y buscar ¿cómo se da ese síntoma? ¿cuándo? ¿cómo lo manejo? ¿Por qué creo que mi mascota hace eso? Y una vez que se determinan las emociones que estén en conflicto, tanto de la mascota como del dueño, se buscan estrategias para manejar la situación y realizar pequeños cambios que nos ayuden a vivir con un mayor bienestar.
Sí se puede, de hecho el primer libro de Edward Bach es «Cúrese usted mismo», proponiendo que cualquier persona puede conectar con esta sabiduría y tomarlas.
De todas formas un terapeuta que se especializa quizás pueda ayudarte más. Porque así como muchas veces sabemos de donde vienen nuestros problemas pero no cambiamos o no nos sentimos mejor o encontramos mil excusas para no movernos de donde estamos. Por estas razones y más, la terapia puede ser mucho más beneficiosa para nosotros.
El ser humano no puede hacer todo por sí mismo, así como funciona la naturaleza, así como los animales y los insectos colaboran para construir o sobrevivir en su ecosistema, las personas necesitamos buscar apoyo. El ser humano logra reconocerse, verse, entenderse, conocerse a través de otros, y el espacio terapéutico es una instancia íntima para transformarnos.
Edward Bach (1886-1936) fue un médico, bacteriólogo y homeópata británico que, tras años de trabajo en la medicina convencional y homeopática, desarrolló un enfoque terapéutico innovador: la terapia floral de Bach. Durante su práctica clínica, identificó una correlación significativa entre ciertas enfermedades físicas y estados emocionales o existenciales comunes entre sus pacientes. Así determinó con convicción que las enfermedades físicas tienen un origen emocional o espiritual, y que para sanar el cuerpo era necesario primero armonizar la mente y el alma.
Inicio en la medicina convencional:
Se formó como médico en la Universidad de Birmingham y el University College Hospital de Londres.
Trabajó como bacteriólogo, centrando sus investigaciones en las toxinas intestinales. Desarrolló las «siete nosodes de Bach», vacunas orales derivadas de bacterias intestinales.
Influencia de la homeopatía:
En el Hospital Homeopático de Londres conoció la obra de Samuel Hahnemann, creador de la homeopatía.
Le impactó la idea de que el tratamiento debía centrarse en la persona y no en la enfermedad.
Cambio hacia lo holístico:
Cada vez más insatisfecho con los límites de la medicina tradicional, Bach empezó a observar que los estados emocionales negativos (como el miedo, la ira, la inseguridad o la tristeza) precedían muchas enfermedades físicas.
Su hipótesis: la enfermedad surge cuando hay un conflicto entre el alma y la personalidad.
Investigación con flores silvestres:
Entre 1928 y 1936 se retiró a la naturaleza para buscar plantas que pudieran equilibrar emociones humanas.
Experimentó con flores silvestres, preparándolas con métodos naturales (solarización y ebullición) para extraer sus propiedades energéticas.
Identificó 38 flores, cada una asociada a un estado emocional o mental específico (como el miedo, la duda, la impaciencia, la tristeza, etc.).
Filosofía de sanación:
Según Bach, cuando las emociones negativas se transforman, el cuerpo tiene más posibilidades de recuperarse por sí mismo.
Bach creía que cada ser humano tiene un propósito espiritual único, y que cuando vivimos en contra de ese propósito —por miedo, duda, resentimiento, orgullo o desconexión— surge el malestar emocional y, eventualmente, la enfermedad física.
Las flores, según él, poseían una vibración energética pura, capaz de restaurar la armonía interna y ayudar a la persona a reconectarse con su verdadera naturaleza. No las veía solo como plantas curativas, sino como mensajeras de la sabiduría de la naturaleza y del alma.
Aunque Bach no fue un astrólogo profesional, tenía interés en cómo los arquetipos astrológicos reflejaban características humanas y patrones emocionales. Al igual que en la astrología, él creía que cada persona nace con una esencia única y que los conflictos surgen cuando esa esencia es reprimida o distorsionada.
Bach sostiene que toda enfermedad es el resultado de un conflicto entre el alma y la personalidad. Cuando una persona vive desconectada de su propósito, niega su vocación o actúa contra su conciencia, se generan emociones negativas (como miedo, orgullo, celos o inseguridad) que terminan afectando el cuerpo físico.
Cada ser humano tiene una guía interior o alma que lo orienta hacia el crecimiento y la verdad. Para Bach, curarse es volver a escuchar esa voz interior, aceptar la misión espiritual con la que uno vino al mundo, y actuar en consecuencia.
La curación verdadera ocurre cuando el individuo transforma sus emociones negativas en sus cualidades opuestas: el miedo en valor, el orgullo en humildad, la duda en certeza, etc. Este es el principio sobre el cual luego desarrolló sus 38 remedios florales.
Bach propone una nueva figura médica: el sanador no debe imponer tratamientos, sino ayudar al paciente a entenderse, escucharse y transformarse. El terapeuta es un acompañante, no un salvador externo.
La naturaleza (especialmente las flores silvestres) contiene las claves para restaurar la armonía perdida. La curación no requiere métodos complejos ni químicos artificiales, sino una vuelta a lo esencial.
Ricardo Orozco es un médico y terapeuta español, nacido en Barcelona, con una amplia trayectoria en el campo de la terapia floral de Bach. Desde hace más de 30 años se ha dedicado a investigar, enseñar y difundir esta herramienta terapéutica, convirtiéndose en una de las figuras más respetadas del ámbito floral a nivel internacional, especialmente en el mundo hispanohablante.
Aunque tiene formación en medicina y otras terapias complementarias, Orozco se ha centrado profundamente en el estudio del sistema floral de Bach desde una perspectiva terapéutica, clínica y evolutiva.
Propone un gran aporte desde un análisis de la personalidad profundo, entendiendo el carácter como un mecanismo de adaptación y el temperamento como una naturaleza que puede ser tanto genética como una expresión auténtica de la persona. Junto a este entendimiento propone constelaciones de flores que se van desglosando desde una necesidad basal, lo que exige un diagnóstico preciso y profundo.
Además de proponer que las flores van ayudándose entre sí, explica como una flor puede ayudar de distintas formas a otras. Por ejemplo:
GENTIAN: Se le da a las personas pesimistas que sostienen creencias negativas. También puede ser para personas que tienen una baja tolerancia a la frustración.
LARCH Y GENTIAN: Larch es una flor para las personas que llevan un sentimiento de incapacidad, en el cual subyace inseguridad, pérdida del valor del sí mismo o una infravaloración. Este sentimiento se sostiene probablemente por pensamientos pesimistas (GEN) que seguramente fueron alimentados por aprendizajes antiguos por estar en contextos de represión, negligencia o contextos maltratantes (violencia, traumas o competencia).
BEECH Y GENTIAN: Beech se le da a personas que sufren de una intolerancia patológica. Pueden ser personas muy críticas con otros y pueden ser personas que pequen de ignorar los aspectos negativos de sí mismos (GEN). Nuevamente nos encontramos con pensamientos negativos o pesimistas. Vivir juzgando a otros también puede traer consigo grandes sentimientos de frustración (GEN).
PINE Y GENTIAN: Pine se le da a personas que sufren de una culpa profunda. Sentimiento que se alimenta de la sensación o creencia de que hemos hecho algo malo. Esta es una sobrevaloración negativa del sí mismo. Por lo tanto, de igual forma se edifica por pensamientos negativos (GEN) del propio auto concepto.
CRAB APPLE Y GENTIAN: Se les da a personas que se sienten impuros, moral o estéticamente sucios. También se relaciona con el sentimientos de vergüenza, ya que subyace la creencia de que hay algo malo en mí. Por lo que también la autoestima y el autoconcepto están bombardeados por pensamientos negativos (GEN).
Lo primero que se debe identificar es el núcleo, que se entiende como el problema primario. Puede ser una flor de los 7 ayudantes o de las 19 flores restantes. Segundo, se debe observar el tiempo del malestar, los rasgos de personalidad y los factores circunstanciales. Estas flores auxiliares pueden cambiar sesión a sesión.
Los 12 sanadores son las 12 tipologías de personalidad, que fueron echas por el método solar. Lo que además tiene todo un fundamento astrológico de lo que representa el sol y su rol en la identidad. Mientras que las otras flores fueron extraídas por el método de ebullición.
Entonces, por ejemplo, Mímulus es una tipología de personalidad (12 sanadores). Las características que identificamos de Mímulus corresponden a lo más evidente de la persona. Su personalidad, podría ser muy ordenada, precavida, temerosa, quizás la persona tiene hasta fobias.
La constelación se plantea como una especie de cebolla que tiene capas. Entonces la personalidad de Mímulus es lo primero que conocemos de la persona, por lo tanto, sería la última capa externa de esta constelación.
Las flores constelan porque se ayudan entre sí como una cadena.
Mímulus tiene miedos, temores, que pueden ser por inseguridad o el sentimiento de incapacidad (Larch) o una sensación de que hay algo malo en mí (Crab Apple). Los miedos, la necesidad de ordenar y las fobias podrían ser por este sentimiento de impureza. Pero esos sentimientos se mantienen en el tiempo y se alimentan por pensamientos repetitivos (White Chestnut), que además son pensamientos de naturaleza catastrófica, pesimistas o negativa. Por lo tanto, el núcleo para tratar a Mímulus, es Gentian. El núcleo es el centro del problema protagonizado por Gentian, mientras que la segunda capa tiene relación a los sentimientos cotidianos de la persona, sus hábitos y patrones disarmónicos. En esta segunda, podemos constatar a Larch, Crab Apple y White chestnut. Finalmente, como tercera y última órbita, se presenta Mímulus.
La terapia floral no es solo «dar flores», sino una relación de ayuda.
Orozco analiza la importancia de la escucha activa, la empatía, el lenguaje verbal y no verbal, y el rol del terapeuta como espejo emocional del consultante.
Se destaca la importancia de no proyectar y de no intervenir desde juicios personales.
Enseña a hacer diferenciaciones finas entre flores con matices similares, como Mimulus vs Aspen, o Larch vs Pine.
Este punto es muy importante porque las personas son muy complejas y existen emociones que pueden ser confusas de observar al momento de elegir una flor para el tratamiento.
Profundiza en la clínica floral, observando cómo aplicar combinaciones efectivas y realistas según las necesidades del paciente.
Explora emociones más profundas o entrelazadas, como autoengaño, dependencia afectiva, vacío existencial, represión emocional, duelo inconsciente, etc.
Brinda guías para abordar estas dinámicas con sensibilidad y sin fórmulas rígidas.
Advierte sobre los riesgos del terapeuta omnipotente, el uso inadecuado de la palabra, y la invasión de espacios emocionales del paciente.
Reivindica la figura del terapeuta floral como acompañante y facilitador del proceso, no como salvador ni gurú.
Incorpora herramientas de psicología, especialmente de enfoque humanista, para complementar el trabajo con flores.
Reflexiona sobre la estructura del ego, el carácter, los patrones repetitivos y la sombra en el proceso terapéutico.
Incluye ejemplos de sesiones reales, análisis de perfiles y combinaciones florales complejas.
Esto permite ver cómo aplicar el sistema en casos con múltiples capas emocionales o evolución a largo plazo.
El patrón transpersonal (PT) es un concepto desarrollado por Ricardo Orozco para describir una dimensión energética y simbólica más profunda de las flores de Bach, más allá del diagnóstico emocional tradicional.
Este aporte lo presenta como una observación totalmente racional de lo que pasaba con sus pacientes.
En pocas palabras, el patrón transpersonal es la forma específica en que la energía de una flor actúa en el campo sutil del ser humano, y dónde o cómo impacta, independientemente del estado emocional que se quiera tratar.
Estado emocional: lo que la persona siente o manifiesta (miedo, rabia, tristeza, inseguridad, etc.). Es la base clásica del diagnóstico en terapia floral.
Patrón transpersonal: la forma energética arquetípica que adopta una flor en su acción terapéutica. Es más simbólico, sutil y profundo, y puede usarse aunque el paciente no presente el estado emocional típico.
Además de proporcionar tablas estructuradas para diferentes trastornos tanto psicológicos como sintomatologías físicas que eran aplicables hasta como tópicos (cremas y aceites). Esto se observaba en sus pacientes clínicos, como por ejemplo, para la disminución del dolor, la picazón o la irritación cutánea.
Ricardo Orozco observó que muchas flores actúan más allá de lo emocional, y pueden utilizarse para desbloqueos energéticos, arquetipos inconscientes, o necesidades sutiles.
Esto permite:
Usar las flores de manera más versátil y terapéuticamente precisa
Trabajar con temas inconscientes o simbólicos
Aplicar flores en procesos terapéuticos profundos, no solo en síntomas emocionales visibles
Ricardo Orozco identifica el patrón transpersonal de cada una de las 38 flores. Algunos ejemplos:
Holly
Estado emocional: celos, odio, envidia
Patrón transpersonal: limpieza del corazón, desbloqueo del centro cardíaco, liberación de emociones densas que impiden amar
Aspen
Estado emocional: miedos imprecisos, presentimientos, porosidad del campo aúrico, hipersensibilidad emocional y energética (hiperempatia).
Patrón transpersonal: apertura a lo sutil, a lo espiritual; se usa en procesos de meditación o percepción extrasensorial
White Chestnut
Estado emocional: pensamientos repetitivos
Patrón transpersonal: silenciador mental, útil en terapias que trabajan con el desapego del diálogo interno
Crab Apple
Estado emocional: sensación de impureza, obsesión con la limpieza/suciedad.
Patrón transpersonal: limpieza energética; se puede usar en procesos de desintoxicación física, emocional o energética
Permite elegir una flor aunque el paciente no exprese su estado emocional típico, pero sí presente un bloqueo energético o corporal relacionado.
Se puede combinar con otras técnicas (psicoterapia, Reiki, constelaciones, etc.) para trabajos energéticos y simbólicos.
Abre la puerta a un uso más libre, intuitivo y profundo del sistema Bach, sin salir del marco terapéutico serio y ético.
El patrón transpersonal de Ricardo Orozco representa una lectura energética y simbólica avanzada de las flores de Bach. No sustituye el enfoque emocional clásico, sino que lo complementa y amplía. Gracias a este aporte, los terapeutas florales tienen una herramienta más completa y flexible, que permite trabajar tanto con el plano emocional como con procesos profundos del alma y del cuerpo sutil.
Julian Barnard se formó como diseñador gráfico en el Reino Unido. Tenía una sensibilidad estética y visual muy desarrollada, se interesó por la naturaleza, la filosofía y la espiritualidad. Visitó Mount Vernon, el lugar donde vivió Bach, y quedó profundamente conmovido por la sencillez y profundidad de su sistema.
Fundador de Healing Herbs (1989) Fundó esta reconocida marca inglesa de esencias florales que elabora las Flores de Bach siguiendo los métodos originales exactos de Bach: solarización, ebullición, uso de brandy como conservante, recolección silvestre en zonas puras.
Healing Herbs es una de las compañías más respetadas por terapeutas florales por su fidelidad al espíritu original.
Julian Barnard es considerado un botánico dentro del mundo de las Flores de Bach principalmente por su profundo conocimiento y enfoque detallado en la morfología, ecología y biología de las plantas utilizadas en esta terapia floral.
Estudio minucioso de las plantas: Barnard no solo se centra en las propiedades emocionales o simbólicas de las flores, sino que investiga a fondo:
La forma (morfología) de cada planta.
Su hábitat natural y condiciones ecológicas.
El ciclo de vida y comportamiento vegetal.
Relación entre forma y función: Propuso que la estructura física y el entorno de las plantas reflejan su propósito terapéutico emocional y espiritual, estableciendo un vínculo claro entre botánica y psicología floral.
Trabajo de campo: Realizó numerosas observaciones directas en la naturaleza, recolectando y estudiando las flores in situ, lo que es propio de la labor botánica tradicional.
El libro explora la relación profunda entre la morfología (forma) de cada planta utilizada en las Flores de Bach y su función terapéutica emocional y espiritual.
La forma de la planta es un lenguaje simbólico:
La estructura, el crecimiento y el entorno natural de cada flor reflejan su mensaje emocional y su acción curativa.
Las plantas como arquetipos vivos:
Cada flor representa un patrón psicológico o emocional específico, manifestado en su forma física y en su modo de crecimiento.
Conexión entre naturaleza y alma humana:
La terapia floral no es solo un remedio físico, sino un puente para que la persona conecte con su esencia profunda a través del símbolo que ofrece cada planta.
Importancia del conocimiento botánico:
El terapeuta floral debe observar y comprender las plantas vivas, no solo sus esencias o descripciones clínicas, para captar su verdadero poder.
Impatiens crece rápido y explosivo, reflejando la impaciencia emocional.
Mimulus es frágil y se oculta en sombra, simbolizando miedos específicos y tímidos. A pesar de esto cuelga sobre el río representando el valor ante la vida.
Rock Rose sobrevive en zonas áridas, representando el coraje frente al terror.